TERAPIA FAMILIAR EN ALGECIRAS Y MARBELLA


La Terapia sistémica parte de comprender la importancia que las relaciones sociales tienen en la vida de cualquier individuo.

Dentro de la configuración de nuestra vida pertenecemos a varios sistemas: el núcleo familiar es el principal. Las amistades y compañeros de actividades son otros sistemas, en los que interactuamos diariamente, y de los cuales recibimos valores, ideas o actitudes que nos conforman a lo largo del tiempo.

Un sistema es un grupo con entidad propia, por encima de la cantidad de miembros que lo conforman, que por la interacción de sus individuos afecta a su conducta.

Basándonos en este concepto, el individuo, como parte integrante del sistema, acaba actuando en función de lo que le rodea. La Terapia Sistémica buscará identificar y diagnosticar las relaciones que existen dentro del sistema, para poder comprender la conducta individual.

En conclusión, la terapia sistémica es una rama de la psicología que no trata al individuo de forma aislada, ya que considera que nuestra manera de ser depende de lo que aprendemos en los sistemas en los que interactuamos.

La terapia sistémica está dirigida principalmente a la familia. Observa los distintos roles que tienen los miembros de la unidad familiar y sus posiciones con respecto al sistema para establecer su funcionamiento.

De ésta forma cada individuo de la familia conocerá su posición dentro del grupo y lo que conlleva: funciones que le corresponden (o no), papeles que le han sido asignados (o no) y pautas para evitar relaciones negativas, estableciéndose así una sistemática.

Cada grupo familiar tiene múltiples vías a la hora de interactuar. La terapia familiar sistémica analiza las reglas que han ido creando para establecer sus formas de relación. Los límites, reglas y pautas dentro del Sistema familiar indican el orden de jerarquía y los límites entre subcomponentes.

Los problemas surgen cuando se producen cambios en la jerarquía, o se sobrepasan límites entre subsistemas, lo que sucede, en muchos casos, por la misma evolución temporal o circunstancial.

La intervención terapéutica implica evitar, y castigar, las situaciones con un mal soporte, como puede ser que un hijo intente ostentar la autoridad frente a su padre y madre.

El Subsistema Conyugal como punto de partida:

El primer subsistema es la pareja y, por tanto, esta deber definir muy claramente unos límites y espacios propios para preservar su continuidad. Dentro de la terapia sistémica, se identificará la responsabilidad de los cónyuges dentro del sistema familiar.

La relación de pareja será un referente, a largo plazo, para sus hijos, sobre las relaciones de pareja, la forma de trato y la comunicación en pareja.

El subsistema conyugal, con el tiempo, se convertirá, además, en subsistema parental cuando lleguen los hijos, que serán el subsistema filial. Su función será cuidar, educar y trasmitir un determinado tipo de autoridad, que progresivamente deberá dejar paso a la autonomía de los hijos a medida que vayan creciendo.

La terapia sistémica parte de recrear una especie de mapa familiar y las distintas formas de interconexión entre los miembros, utilizando una gran variedad de herramientas.

Una vez definido el sistema familiar y el origen de sus conflictos, se trata de que los miembros de la familia modifiquen la manera en que interactúan para corregir esas las pautas disfuncionales que están causando un desequilibrio y sus consecuencias negativas. Esta terapia aboga por un cambio en la estructura del sistema más que en cambios a nivel individual que pueden no tener efecto sobre el conjunto de forma duradera

Los motivos de terapia suelen ser crisis ocasionadas por acontecimientos vitales estresantes tales como una separación o divorcio, enfermedades o pérdidas de un ser querido; las etapas de transición de desarrollo de la familia que pueden causar tensiones y malestares (reciente paternidad, jubilación, emancipación de los hijos..); los conflictos entre padres e hijos, dificultades de comunicación, problemas relacionados con la escuela y el trabajo, las dificultades psicosexuales..

También se abordan problemas específicos tales como trastornos de la alimentación, adicciones, depresión, y cualquiera otra condición que se hayan podido desarrollar en el seno de la familia, teniendo también consecuencias sobre la misma.


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