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Preguntas frecuentes
¿Cómo es el proceso terapéutico?
Cuando uno acude a la consulta de un psicólogo no sabe con qué se va a encontrar. Los nervios son normales, nos enfrentamos a compartir las mayores privacidades y “vulnerabilidades” con alguien todavía desconocido.
En las primeras sesiones se construye el vínculo terapéutico, gracias a la existencia de un clima cercano, cálido y de confianza, que favorezca el sostén y la eficacia del posterior trabajo. Sólo desde un encuentro de sintonía, amabilidad y respeto puede tener lugar la cura de las heridas pasadas. Desde un vínculo distinto al vivido, amoroso.
En terapia ahondaremos en el conocimiento de tu persona y de tu problemática, analizando las dinámicas relacionales (familiares, sociales, laborales…) que han influido e influyen al mismo, así como los conflictos internos en los que se materializa.
¿Cuándo saber que necesito atención psicológica?
En la era del estrés, sobreestimulación e inmediatez en que vivimos pocas veces nos paramos a “mirarnos y escucharnos” cómo nos encontramos internamente. Consecuentemente, solemos tomar consciencia de que necesitamos ayuda cuando emergen los síntomas (psicológicos o psicosomáticos). La tipología de síntomas suele ser la siguiente:
Estos pueden ser de carácter ansioso (quizás por estar demasiado estresad@ a nivel laboral, sobrepasados por problemas familiares, o por sentir un miedo paralizante ante alguna circunstancia que afrontar, por sentirnos “acorralados” en una relación de la que no sabemos cómo “salir..”); puede que notemos presión en el pecho, taquicardia, saturación mental, pensamientos negativos continuos que no podemos controlar..
Depresivos (sensación de desgana/apatía ante aquello que antes nos llenaba, apatía generalizada, sensación de vacío, falta de energía acusada…)..
En otras ocasiones “tapamos” malestares con la comida, las compras, el alcohol… el manejo de la relación con un objeto se nos hace incontrolable, más frecuente de lo que desearíamos. Presentamos una especie de “enganche”.
Puede ser que nos encontremos “perdidos”, desorientados en la vida, sin saber hacia dónde tirar…(sentimental, laboralmente)… Que no podamos controlar algunas emociones (la ira, por ejemplo), que tengamos dificultades para tener relaciones sentimentales estables e inconscientemente huyamos del compromiso o que tomemos consciencia de estar inmersos en una tendencia a repetir patrones de relaciones insanos…
Finalmente puede que presentemos síntomas físicos: epidérmicos, gástricos, musculares, cefaleas, cardiacos…que no puedan ser explicados simplemente por un origen orgánico. Nuestro cuerpo habla por nosotros.
Con cualquiera de estas circunstancias, si tomamos consciencia de sufrir un malestar marcado y frecuente, que nos interfiere en nuestro desarrollo cotidiano, es conveniente solicitar apoyo terapéutico ante la dificultad para gestionarlo.
¿Cómo saber si puedo atender tu caso?
La primera toma de contacto telefónica implica una breve entrevista en la que nos informamos del motivo de consulta y del contexto en el que tiene lugar, de forma que se pueda valorar el tipo de problemática que presenta el consultante y si procede atenderlo o derivarlo a otro compañero más competente en la materia.
Esta primera toma de contacto es una oportunidad igualmente para que el futuro consultante pueda tener una primera impresión personal del profesional.
¿Cuánto duran y con qué frecuencia son las sesiones individuales?
Inicialmente, en terapia individual, las primeras 2 o 3 sesiones son más seguidas (semanalmente), como forma de recabar toda la información necesaria sobre la persona y el problema y, así, comenzar a plantear el tratamiento.
Posteriormente, una vez iniciado el proceso terapéutico, las sesiones pueden espaciarse, ser quincenales por ejemplo, si bien el ritmo de la terapia siempre va a estar adaptada y consensuada con cada persona.
Tú marcas el ritmo en función de tus necesidades y posibilidades.
Las sesiones tienen una duración de 60 minutos, si bien la primera toma de contacto en persona es más extensa (90 minutos).
¿Qué ocurre si un día no puedo acudir a la cita?
El proceso de psicoterapia implica un compromiso con uno mismo, con su propio proceso y con el terapeuta. Es importante mantener la frecuencia de las sesiones y ser respetuoso con el proceso. Darle la importancia que tiene. Sólo desde ahí es posible el cambio, desde la verdadera implicación en su amplio sentido.
A todos nos pueden ocurrir algún contratiempo. Por el respeto hacia la terapia, al profesional y los demás pacientes se requiere avisar, en caso de no poder acudir a la cita, con 24horas de antelación, de forma que otra persona pueda beneficiarse de cita “liberada”.
¿Cuánto dura la terapia?
El objetivo y límite de la terapia lo marcas tú. Suele negociarse entre paciente y terapeuta.
No es lo mismo buscar un resultado simplemente a nivel sintomático (por ejemplo, resolución de un periodo de insomnio), que querer profundizar en todo lo que subyace a él.
Salvo que el paciente lo solicite, por regla general la terapia explora todas las circunstancias subyacentes, así que los cambios externos suelen aparecer tras un lapso de tiempo, si bien se pretende que estos sean de ”raíz” y por lo tanto duraderos y estables.
A medida que va avanzando la terapia se pueden ir destapando conflictos, heridas inconscientes que den lugar a continuar con nuevas ramificaciones (todas interconectadas) del proceso terapéutico.
¿Cómo se realiza una terapia de pareja?
La terapia de pareja alterna sesiones conjunta y sesiones individuales, como cada uno de los miembros de la pareja.
Tras varias sesiones conjuntas continuadas (2 o 3) en los que se obtiene toda la información sobre la problemática presentada, se procede a conocer la historia de cada uno de sus miembros individualmente, de forma que se pueda valorar y trabajar tanto como las historias individuales contribuyen a la problemática conjunta, como estas son reforzadas por la misma.
Sesiones de pareja e individuales se van alternando, adaptándose a las necesidades de la pareja y cada uno de sus miembros. Normalmente la sesión conjunta suele ser mensual y suele conllevar de hora y media a dos horas.
¿Pueden realizarse sesiones on-line?
Claro que sí. A pesar de que las condiciones relativas al encuentro paciente terapeuta (cercanía física, calidez, conexión emocional) son muy beneficiosas a la hora de tratar con malestares psicológicos/emocionales y sea por lo tanto la modalidad de trabajo más recomendada, no hay problema en atender telemáticamente a quien no pueda acudir físicamente a consulta por la circunstancia que sea.